Sola.
Rota.
Hundida.
Me ilusioné, dejé que las sonrisas volviesen a mi cara.
¿Para qué? Para volver a romperme una vez más.
Pero hay pedazos que ya no vuelven a su sitio.
Hay días que no es que sea mejor no levantarse, es mejor no respirar e irte, irte lejos, a un sitio mejor.
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