sábado, 20 de agosto de 2016

Mamihlapinatapai || 20 de Agosto de 2016

Una semana.

¿Como se le puede coger tanto cariño a una persona?

7 días, 168 horas ó 17.220 segundos .

Conoces a alguien de pura casualidad.

Dos personas de dos mundos completamente distintos, de dos partes completamente distintas del mundo. 

Cuenta la leyenda china, que las personas destinadas a conocerse, están atadas juntas por un hilo rojo en el dedo meñique. Este nunca desaparece y permanece siempre atado. No importa cuanto tarden en conocerse, o cuanto tiempo estén separadas, el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.
Un hilo rojo al que no podremos imponer nuestros caprichos ni nuestra ignorancia, un hilo rojo que no podremos romper ni deshilachar. Un hilo rojo directo al corazón, que conecta a los amores eternos, a los profundos, esos que simbolizan el antes y por los que no hay después.

Creas la mayor conexión que jamás hayas creado con nadie, en apenas un día, los temas de conversación fluyen, la religión, el destino, los estudios, el amor, la amistad. Todo se puede hablar con esa persona, todo es comodidad. Hasta los silencios son cómodos mirando las estrellas o viendo como un cigarro se consume. 
Es una conexión completamente mental, ya que el único contacto físico que ha habido ha sido por accidente y el día de despedirse, que fue un abrazo fuerte y lleno de sentimiento. 


Pero esa persona tiene que irse, de vuelta a su mundo completamente distinto al mío. Él se va y yo me quedo. 

Y solo hay una cosa que me queda por decir: mamihlapinatapai


martes, 16 de agosto de 2016

17 de agosto

No se si será que yo soy rara.

Convives con alguien 24 horas al día, en el mismo piso. Y se crea un vínculo, porque son las únicas personas en la misma situación que tu. Se crea una amistad al momento ya que son las personas con las que vas a vivir los próximos 7 meses.

Pero parece que eso no importa.

Esas chicas han sido mi preocupación desde el día que las conocí. Al segundo día ya sabes si algo pasa, porque su forma de ser cambia. Te preocupas. Ves el más mínimo cambio y lo primero que haces es tender tu mano y tu hombro si necesitan llorar, o simplemente apoyarse en el.

Te abres a ellas, les cuentas un poco, sobre la ansiedad y la depresión, para que sepan lo que ocurre más o menos.
Y el día que tu las necesitas, no están ahí. Saben que has salido corriendo por culpa de un ataque de pánico, y lo único que saben hacer es hablar de ti, haciendo suposiciones completamente erróneas. Y cuando se dan cuenta de que estas a menos de dos metros de ellos y de que has oído todo lo que han dicho, lo único que saben hacer es decir alguna tontería o broma.

¿Y que haces? Te callas, porque no quieres crear más problemas y que la ansiedad ataque más fuerte.

Sabían que estaba teniendo ansiedad esos días, que estaba haciendo un esfuerzo enorme para salir de la cama. Y ni tan si quiera un simple ¿estás bien? ¿necesitas algo? o un simple apretón en el brazo.

Nada.

Parece que nunca recibes lo que das.
Das preocupación y apoyo y lo único que consigues es gente hablando a tus espaldas.