martes, 16 de agosto de 2016

17 de agosto

No se si será que yo soy rara.

Convives con alguien 24 horas al día, en el mismo piso. Y se crea un vínculo, porque son las únicas personas en la misma situación que tu. Se crea una amistad al momento ya que son las personas con las que vas a vivir los próximos 7 meses.

Pero parece que eso no importa.

Esas chicas han sido mi preocupación desde el día que las conocí. Al segundo día ya sabes si algo pasa, porque su forma de ser cambia. Te preocupas. Ves el más mínimo cambio y lo primero que haces es tender tu mano y tu hombro si necesitan llorar, o simplemente apoyarse en el.

Te abres a ellas, les cuentas un poco, sobre la ansiedad y la depresión, para que sepan lo que ocurre más o menos.
Y el día que tu las necesitas, no están ahí. Saben que has salido corriendo por culpa de un ataque de pánico, y lo único que saben hacer es hablar de ti, haciendo suposiciones completamente erróneas. Y cuando se dan cuenta de que estas a menos de dos metros de ellos y de que has oído todo lo que han dicho, lo único que saben hacer es decir alguna tontería o broma.

¿Y que haces? Te callas, porque no quieres crear más problemas y que la ansiedad ataque más fuerte.

Sabían que estaba teniendo ansiedad esos días, que estaba haciendo un esfuerzo enorme para salir de la cama. Y ni tan si quiera un simple ¿estás bien? ¿necesitas algo? o un simple apretón en el brazo.

Nada.

Parece que nunca recibes lo que das.
Das preocupación y apoyo y lo único que consigues es gente hablando a tus espaldas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario